Los pilotos que cambiaron la historia y lucharon por la seguridad en la máxima categoría y trascendieron lo deportivo
Las carreras de la Máxima categoría son uno de los eventos elegidos entre los más importantes del mundo y que recorren cuatro continentes.
La categoría nacida en el año 1950 fue una especie de embrión de la globalización. En su primera década corrió en Sudamérica (Argentina), Europa y tuvo en su calendario a la carrera más emblemática de los Estados Unidos, las 500 Millas de Indianápolis.
En la década del sesenta llegó a correr en Sudáfrica y en la siguiente llegó a Japón. Su marco de glamour tuvo y tiene personajes únicos que son imanes para todo tipo de publicaciones.
Pero si del deporte motor se trata, un tema de los temas clave es el de la seguridad y hay corredores que salieron de su zona de confort y se expusieron en una época en la que era un desafío enfrentarse a la poderosa Federación Internacional del Automóvil (FIA). Algunos más importantes que otros. O hubo quienes lideraron la única huelga de pilotos en la F1 en disconformidad con los contratos, y hasta una piloto mujer (una de las cinco que llegaron a la categoría), que inspiraron a millones de seguidores.
1. Lewis Hamilton.
Pero si del deporte motor se trata, un tema de los temas clave es el de la seguridad y hay corredores que salieron de su zona de confort y se expusieron en una época en la que era un desafío enfrentarse a la poderosa Federación Internacional del Automóvil (FIA). Algunos más importantes que otros. O hubo quienes lideraron la única huelga de pilotos en la F1 en disconformidad con los contratos, y hasta una piloto mujer (una de las cinco que llegaron a la categoría), que inspiraron a millones de seguidores.
1. Lewis Hamilton.
Es el primer piloto de color en llegar a la categoría y fue duro su camino en el que reconoció que sufrió bullying. Pasó de ser la nota “curiosa” a convertirse en uno de los pilotos más ganadores junto a Michael Schumacher, ambos con siete títulos.
Pero, más allá de lo deportivo, el inglés alzó la voz en contra del racismo, participó en una marcha en Londres y su influencia llevó a que Mercedes cambiará el emblemático plateado de sus autos en 2020 por el negro, y hasta pagó el armado de “Comisión Hamilton”, cuyo primer informe arrojó que de las 40 mil personas que trabajan en el automovilismo en el Reino Unido sólo el 1 por ciento es de color.
El tricampeón mundial (1969, 1971 y 1973) fue un abanderado en la mejora de la seguridad en los circuitos y principal referente de la Asociación de Pilotos de Gran Premio que fue creada en 1961.
Lideró las famosas reuniones de pilotos en la recta principal y sus colegas se encolumnaron detrás suyo por su personalidad. Un año antes de su retiro asumió la presidencia de la entidad hasta 1978. Colgó el casco tras la muerte de su amigo y pupilo, François Cevert, gesto que puso límites al mandato del “show debe continuar”. A sus 82 años hoy camina los boxes y sigue siendo fuente de consulta.
El inglés fue el gran playboy de la F1 y rompió todos los esquemas. Decía que el “sexo era el desayuno de campeones”, afirmó que estuvo con 5.000 mujeres y recibió el carnet de socio honorario al Playboy Club.
Descontracturado, con el cigarrillo y con una cerveza en sus manos. Su duelo con el austriaco Niki Lauda en 1976 fue tan épico que llegó al cine. Se consagró campeón aquel año, pero una vida llena de excesos le bajó bandera a cuadros antes de tiempo. No hubo ni habrá otro igual. Único e irrepetible.
Sus batallas con Alain Prost transcendieron las pistas y en varias ocasiones tuvo cruces con el entonces presidente de la FIA, Jean-Marie Balestre.
No le gustaba la política e intentó combatir el sistema desde adentro. Llegó a abandonar una reunión de pilotos (algo imposible en la actualidad) en disconformidad con el resto de sus colegas y con la dirección de la carrera en Japón 1990, año en el que aprobaron cortar la chicana si no había tránsito, motivo por el cual lo sancionaron y perdió el título en 1989 tras el épico toque con Prost.
El campeón de las temporadas 1988, 1990 y 1991 también trabajó mucho por la seguridad, rescató y le salvó la vida a Erik Comas en la clasificación de Bélgica 1992 e iba a ser el nuevo presidente de la GPDA en 1994.
Fue la combinación perfecta del piloto-mecánico. Más allá de sus cinco títulos (1951, 1954, 1955, 1956 y 1957), el Chueco fue el único en ser campeón en cuatro escuderías y ahí estuvo la mano del balcarceño para obtener la mejor puesta a punto en los autos. Inspiró a que los pilotos se involucren en los detalles del auto.
Exprimió al máximo una época en la que el físico no era determinante y se consagró entre sus 40 y 46 años. Se define al automovilismo como “carrera de autos que definen los pilotos”, por eso el conocer a fondo las máquinas puede valer un título más allá de las épocas.
Batió récords y nadie duda de su talento, pero alemán protagonizó polémicas definiciones de títulos y en una de ellas cambió la historia. Fue el famoso toque a Jacques Villeneuve en Jerez de la Frontera en 1997; aparte de abandonar la FIA le aplicó una sanción inédita: le retiró todos los puntos que hizo ese año.
En la previa a la última carrera de 2021, todos los pilotos fueron advertidos de que podían sufrir una pena similar. Pero cabe recordar que también presidió la GPDA desde 1994 a 2005 y se involucró en las mejoras por la seguridad.
Durante la pandemia de 2020, la F1 hizo una consulta entre los fanáticos y el alemán fue elegido como “la personalidad más influyente de la historia”.
Las consecuencias de su terrible accidente en Nürburgring 1976 llevaron a que nunca más la categoría corriera en el circuito largo de 22,5 kilómetros del escenario alemán.
Se bajó de la lucha por el campeonato en la última carrera de aquel año en el que James Hunt fue campeón, porque entendió que las condiciones de seguridad no estuvieron dadas en el Autódromo de Fuji, donde se corrió bajo una lluvia torrencial.
Pero lo más importante fue su mensaje de priorizar la vida, que vino de parte de alguien tan obsesivo y ganador nato como el austriaco.
Dejó plantado a Ferrari a fines de 1977 y fue el alma mater de la única huelga de pilotos de F1. Demostró que un piloto puede ser campeón mundial tras dos años sabáticos como lo consiguió en 1984.
El francés fue presidente de la GPDA y en 1982, con el apoyo de Niki Lauda, lideró la huelga previa a la carrera en Sudáfrica porque los pilotos reclamaron plena libertad para negociar sus contratos y para declarar en los medios.
Hizo que todos los corredores durmieran en colchones en el salón de un hotel, aislados para preservar la medida de fuerza. El galo, por entonces corredor de Ferrari, logró dar el brazo a torcer a las escuderías y a la FIA, que debieron dar marcha atrás con sus restricciones. Siempre tuvo una gran personalidad y hasta se peleó con otro peso pesado de la época como Gilles Villeneuve.
Un terrible choque en Alemania truncó su trayectoria en la F1 y en 1987 se mató en una carrera de lanchas.
El sueco fue el primer piloto escandinavo en ganar una carrera en la F1 y presidió la GPDA entre 1963 y 1971. Con el apoyo de Jackie Stewart encabezó el boicot a las carreras de Bélgica en Spa-Francorchamps (1969) y Alemania en Nürburgring (1970), ambas por falta de seguridad en esos trazados.
La fecha germana pudo concretarse, pero debió mudarse a Hockenheim. La decisión de Bonnier tuvo el apoyo de sus colegas.
El piloto italiano nacido en Roma fue muy recordado por su trágico accidente en 1986 que cambió las medidas de seguridad. Fue en una prueba privada de Brabham en Paul Ricard y el no haberlo podido rescatar a tiempo le costó la vida.
No hubo un servicio de bomberos acorde, rescatistas en toda la pista, una grúa para dar vuelta el auto volcado, ni un helicóptero para poder trasladarlo rápido.
El diseñador John Barnard fue uno de los que quiso ayudarlo y siempre recuerda: “Hoy en día la gente se enoja porque el helicóptero no ha llegado para las pruebas, sea cual sea la razón, y no se puede comenzar sin él. Necesitan ver lo que pasó ese día. Así no se enojarán”.
Un antes y un después. El escocés volador fue una máquina perfecta que impuso las estadísticas por haberse acostumbrado a batir récords. Algunos dicen que fue el mejor de la historia y en su momento el único capaz de igualar los títulos de Fangio. Logró dos títulos (1963 y 1965).
Un trágico choque en la Fórmula 2 le impidió incrementar sus métricas y hay una marca que ni Lewis Hamilton pudo quebrar: logró ocho veces el Grand Chelem que es hacer la pole positions, ganar la carrera, marcar la vuelta más rápida y liderar todos los giros de una carrera. Le sigue inglés, con siete ocasiones. Un detalle importante: como se indicó Clark corrió solo ocho años en F1 y Hamilton lleva 15 temporadas.
Cinco mujeres corrieron en la Máxima categoría del automovilismos y la italiana fue la única en sumar puntos. “La Tigresa de Turín” movilizó a las corredoras de todo el mundo ya que logró un hito en una época muy peligrosa de la Máxima y rompió todos los paradigmas. “Prefiero tener un accidente antes que enamorarme”, respondía, cuando le preguntaban por su corazón.
13. Max Verstappen.
Batió varios récords de precocidad y por él cambiaron la edad mínima para para correr en F1 que ahora es de 18 años. Debutó con 17. El actual campeón, además, es el fiel exponente de la era de los simuladores que son un gran complemento para la formación y entrenamiento de los pilotos. El piloto neerlandés empezó en karting, pero los medios electrónicos fueron y son una pieza clave. Su éxito ratificó las herramientas que otorgan las carreras virtuales.
A lo largo de la historia hubo pilotos con un estilo de manejo prolijo y en ocasiones con una calculadora en la mano. Pero el más influyente de esa escuela fue el Profesor y de ahí su apodo. Siempre supo sus límites y en pocas ocasiones arriesgó de más.
Por eso su forma de conducción chocó contra la de Senna, un velocista de pura raza. Aunque el francés generó una revolución en su país, ya que hasta ahora es el único que se consagró y sus cuatro títulos le dieron la razón a la hora de estar sobre el volante. Es ídolo de millones de aficionados, pero también de otros corredores que se sintieron representados.
En el tercer milenio proliferan un sistema de captación de talentos que son los programas de desarrollo de pilotos, esos que bancan la campaña de los jóvenes en las categorías promocionales y si cumplen con los objetivos pueden debutar en F1.
El pionero en esto fue Red Bull y Sebastian Vettel fue su mejor exponente. El alemán se hizo en la escudería austriaca y logró sus cuatro títulos con ella. Pero es el máximo referente de ese paradigma en la formación de corredores.
El campeón sin corona o el primer perdedor, Cuatro veces fue subcampeon y en tres oportunidades fue tercero en los Mundiales.
El tiempo puso las cosas en su lugar y el inglés recibió el reconocimiento que mereció y la FIA lo premió como el mejor piloto de la historia que no haya sido campeón en la F1. Además, fue pionero en usar publicidad en un auto de la categoría, ya que en 1958 apareció en Monza a bordo de una Maserati 420/M/58 blanca que tuvo el patrocinio de Eldorado, que era una fábrica de helados.
Con solo seis triunfos en la máxima categoría, llego a ser uno de los ídolos más grandes de la historia y hay una explicación: el canadiense era un “caballero de lo imposible”.
Su estilo de manejo influyó en quienes siempre quisieron doblar de costado. Perder alguna décima en una clasificación el sábado, pero llevarse los aplausos el domingo en la carrera. Podía abandonar con el auto roto, pero era ovacionado.
Gilles siempre transmitió su espíritu amateur y corrió sin buscar un resultado o el dinero. Murió con 32 años tras un terrible accidente en la clasificación para el Gran Premio belga.
Consiguió hacer popular el automovilismo en Austria antes que Niki Lauda. Cuando tuvo un buen auto combinó un estilo agresivo, espectacularidad con precisión.
Su mito creció ya que es el único campeón post mortem de la F1. Tras practicar yachting, en poco tiempo se convirtió en el primer gran piloto austríaco.
En el momento de su fatal accidente tenía 28 años y era uno de los mejores del mundo. Fue tanta la diferencia de puntos que sacó en 1970 que murió dos meses antes de ser coronado campeón.
El sueco fue ganador a finales de los setenta. Se lució y fue ganador, pero un cáncer en los testículos lo dejó fuera de las pistas. Aunque nunca bajó los brazos y hasta recaudó un millón de dólares para una fundación que luchaba contra esa enfermedad.
En 1978, muy afectado, se mostró en público en Gran Bretaña. Logró que el cáncer no fuera tabú en la F1 y luchó hasta sus últimos días.
20. Emerson Fittipaldi. Fue el primer brasileño campeón mundial y para que luego existan los Nelson Piquet y Ayrton Senna, debió estar un Fittipaldi. Emerson abrió las puertas en Europa y promovió la formación en Inglaterra, camino que hicieron varios de sus compatriotas. Además, entre 1975 y 1982 tuvo su propio equipo con bandera brasileña.
Fuente: Infobae
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